PSICOTERAPIA INTEGRATIVA

PROCESOS DE CRECIMIENTO PERSONAL, DUELO, APEGO Y TRAUMA

La psicoterapia es el arte de acompañar a la persona al encuentro de sí misma. Supone, por tanto, recorrer el camino del autoconocimiento y del desarrollo personal, un camino de luces y sombras a través del cual conectar con nuestra verdadera esencia. Para ello, es fundamental cultivar la toma de conciencia y recorrer nuestra historia vincular a través de la conexión con nuestro cuerpo, nuestras sensaciones, emociones y pensamientos. Al mismo tiempo, cultivaremos también el autocuidado, la compasión, el desarrollo de relaciones y vínculos saludables, la responsabilidad de aquello que es propio, el poder personal y los límites para poder mirar aquello que ha quedado estanco o que no ha podido ser elaborado e integrado.

Hablar de psicoterapia integrativa supone reconocer que un único modelo teórico puede resultar insuficiente para adecuarse a la complejidad humana y que, por ello, es necesario incorporar aspectos de diferentes corrientes terapéuticas que contribuyan al proceso terapéutico y permitan adaptar la psicoterapia a las propias particularidades personales y a la complejidad de la totalidad humana. Es por este motivo, que la psicoterapia integrativa con base humanista tiene en cuenta la totalidad de ser humano y sus diferentes estructuras: la física, la emocional, la mental, la conductual, la relacional y la espiritual, mediante las cuales poder lograr un estado interno cohesionado.

Además, para mí es muy importante ofrecer también un enfoque terapéutico integrativo basado en procesos interrelacionados como son el enfoque de trauma, apego y duelo. El duelo, el apego y el trauma se relacionan entre sí porque estos tres procesos comparten la creación (apego) y la pérdida (duelo) del vínculo, así como la manera en la que esto se da (trauma).

En esta forma de entender la psicoterapia, la relación terapéutica se encuentra en el centro del proceso y funciona como un modelo de apego seguro mediante el cual poder ir recorriendo la propia historia vincular y los hechos que la moldearon, a la vez que se va elaborando todo aquello que ya no está o ya no es y todo aquello ha quedado desintegrado o está inconcluso.