PSICOLOGÍA PERINATAL

TODO LO RELATIVO ALREDEDOR DEL NACIMIENTO Y LA PRIMERA INFANCIA

“Peri” es un prefijo de origen griego que significa “alrededor de” y “natal” hace referencia a lo relativo al nacimiento. Así pues, la Psicología Perinatal se encarga de todos aquellos aspectos psicológicos y emocionales que ocurren alrededor del nacimiento, empezando por el deseo de tener un hijo hasta la culminación de la crianza temprana, entorno a los tres años.

De forma que la psicológica perinatal está orientada a la prevención, al cuidado, al apoyo y al abordaje terapéutico durante todo el proceso de la preconcepción, la concepción, el embarazo, el parto-nacimiento, el postparto y el puerperio, así como la crianza durante la primera infancia y la formación de un vínculo afectivo seguro con el bebé.

Lo perinatal supone un camino de decisiones y elecciones, de cambios, de pérdidas y duelos, de descubrimientos y transformaciones muy profundas que necesitan de un espacio seguro en el que poder sostenerse, elaborarse e integrarse.

El principal objetivo es promover la salud mental materna, y consecuentemente la salud mental infantil, a través también de la prevención y de la promoción de la salutogénesis. Como dice el neuropsicólogo Rick Hanson, si queremos cuidar la infancia y salvaguardar esos primeros años de vida que son vitales para lograr un desarrollo psíquico saludable, debemos cuidar a las madres.

No obstante, como señala la psiquiatra Ibone Olza, lo perinatal no está dirigido solamente a las madres o la familia, sino que lo abarca todo, pues muchas de las dificultades que podemos encontrarnos en nuestra vida adulta, sobre todo aquellas que se manifiestan en momentos de crisis, hunden sus raíces en las experiencias no conscientes de la propia etapa perinatal.
Entonces, ¿qué se aborda desde la psicología perinatal?
– Crisis y patrones vinculares que guardan sus raíces en lo perinatal.
– Duelo perinatal o neonatal.
– Problemas de fertilidad o dificultades para concebir.
– Tratamientos de Reproducción Asistida.
– Ansiedad, miedo e intranquilidad en el embarazo o temor al parto.
– Abusos sexuales, violencia de género, partos o cesáreas traumáticas, partos prematuros o complicados y casos de violencia obstétrica que puedan dificultar o haber dificultado la vivencia.
– Maternidad de bebés prematuros.
– Dificultades en el establecimiento del vínculo con el bebé.
– Problemas de adaptación a la maternidad o paternidad.
– Sentimientos de ambivalencia sobre la maternidad.
– Procesos emocionales propios de estas etapas.
– Depresión postparto.
– Crecimiento personal y empoderamiento a través de la maternidad.
– Primera infancia.
– Atención a profesionales del nacimiento con Burnout, síntomas de estrés o ansiedad e incluso síntomas de TEPT tras dificultades, pérdidas perinatales o casos de violencia obstétrica.