Ante todo, soy humana, vulnerable, amante de la naturaleza y una eterna aprendiz, donde la curiosidad y la sensibilidad hacia los procesos de la vida, del ser humano y de la naturaleza me acompañan siempre.

Al mismo tiempo, soy Psicóloga General Sanitaria y psicoterapeuta integrativa de base humanista, especializada, por un lado, en el ámbito perinatal y la crianza y, por otro lado, aunque también de manera relacionada, en procesos de crecimiento personal, trauma, apego y duelo.

La psicoterapia integrativa se caracteriza por combinar diferentes teorías psicológicas que ayuden a integrar las diferentes estructuras del ser (mente, cuerpo, emoción, conducta, espíritu y entorno), con el fin de lograr una integración y una coherencia de los diferentes aspectos de nuestro mundo interno.

Antes de contarte cómo trabajo o cuál es mi formación, quiero que me conozcas un poco más allá del rol profesional. Soy psicóloga, sí, pero también soy una persona que ha vivido sus propios momentos difíciles y ha necesitado, en ocasiones, una mano que la acompañara en su camino.

Hoy me dedico justamente a eso: a ofrecer esa mano a quienes están atravesando momentos complejos. Me apasiona acompañar procesos de cambio y brindar un espacio seguro donde poder sanar.

Me encanta leer, conectar con la naturaleza, hacer deporte y compartir tiempo con las personas que quiero. Creo profundamente en la importancia de integrar mente y cuerpo en el trabajo terapéutico, y por eso intento siempre tener en cuenta ambas dimensiones en el acompañamiento.

Para mí, lo más valioso de esta profesión son los vínculos que se crean. Es un verdadero privilegio presenciar los cambios que ocurren cuando comenzamos a deshacer nudos emocionales e integrar heridas del pasado.